El Cuerpo Vacío; Taller de Shantí Vera


Del 4 al 8 de marzo, en los espacios de la Lic. en Artes Escénicas se realizó el taller El Cuerpo Vacío, impartido por el coreógrafo, bailarín, maestro e investigador Shantí Vera, egresado de la Universidad Veracruzana y director del grupo Cuatro x Cuatro. 


Imagen de Shantí Vera

 Los estudiantes del Laboratorio de Producción II fueron parte de esta experiencia. 


 ‘‘Voltear a ver nuestros cuerpos en un país en el que se rompen’’. Fue una de las frases que se me quedó grabada del taller de Shantí Vera, un curso muy estimulante para el cerebro y también muy pesado. 

Lupita Munguía



El taller me recordó varias herramientas que podemos utilizar para trabajar que vimos en algún momento de la carrera, aunque aquí las abordamos de manera diferente. Trabajamos muchísimo con cambios de peso y su manejo en el momento de desplazarse; exploramos el manejo del peso, y su importancia, para que hacer el menor ruido posible al moverse. 

Melanie Villanueva


Tuvimos la oportunidad de explorar el movimiento desde el juego con la gravedad y el manejo de los impulsos;  Shantí nos planteaba ceder a la gravedad e indagar las alternativas había dentro del movimiento para resistirse a la misma. Encontré en estas exploraciones sensaciones y danzas mucho más ricas con calidades diversas.

Victoria Salazar



Shantí Vera vino en un buen momento del proceso de montaje de Los Murmullos y clarificó muchas de las bases que debemos de tener, tanto en la obra como en nuestra técnica. El uso de la gravedad, el centro, la detección de impulsos y el uso del espacio, me hizo mas consciente a la hora de moverme en la escena. 

Paul Palma



Algo que me gustó mucho, fue que Shantí comentó que para empezar a moverse,  si la mente estaba atenta, el cuerpo no tenía que estar “caliente”; por ejemplo, nos dijo, los animales no calientan para moverse, están alertas al espacio, por eso, cuando nuestro cuerpo entra en un estado de alerta, descubre nuevas cosas. Cuando vamos caminando solos por la calle, estamos en un estado de atención constantemente, de tal forma que, si lo necesitamos, corremos y no tenemos que “calentar”.  La disposición mental juega un papel muy importante para la disposición del cuerpo.

Michelle Bustamante


La semana del taller, sentí que viví en dos cuerpos diferentes, con maneras distintas de traducir lo que estaba pasando en mi cuerpo. Cada día que pasaba podía sentir que estaba un poco más sensible a mi alrededor, a las cosas que estaban cerca o lejos, a los cuerpos moviéndose. Al principio sentí mis intenciones forzadas, usando demasiado el pensamiento racional, lo que me llevó a cansarme mucho físicamente los primeros días. Sin embargo la reflexión diaria de lo visto en clase, me ayudó a comenzar a vaciarme de verdad a la hora de la clase, a realmente dejarme afectar y tomar decisiones al momento que algo me está moviendo. No es inercia, sino la toma de decisiones, que pueden venir desde la luz, ver a alguien saltar, hasta el sentir que alguien respiró a espaldas de mi cuerpo.

Paulina Miranda



Tuve muchas dudas que me fueron surgiendo y también cosas que me cuestionaba, ¿cómo voy a descubrir cosas?, ¿hasta qué punto es bueno terminar el impulso e ir a lo que sigue?, ¿hasta dónde exploto el estímulo sin engolosinarme?, ¿si no son herramientas lo que nos brinda entonces qué es?, ¿por qué dinamismo no es una buena palabra para decir lo que busca?, ¿por qué es EL codo y no MI codo?

Lupita Munguía



Al principio, mi actitud era de “no me gusta este curso”, pero empecé a pensar que los conceptos que utilizaban podían ayudarme. Cambie mi chip y literalmente comencé a jugar y disfrutar lo que estaba haciendo por más mínimo que fuera. Fue difícil, porque al principio, veía y escuchaba que mis compañeros disfrutaban el curso a pesar del agotamiento, entonces dije ¡basta!, mi proceso es diferente al de los otros, comencé a observar qué hay en el salón (fue una premisa) y me metí demasiado para poder descubrir cosas como las entradas de luz, las manchas del piso, etc. Fue lindo, por lo que estaba sintiendo y porque fue evidente hacia afuera, ya que Shanti me comentó al final que no me había visto así los otros días.

Paulina Valdez



Decir “sí” a todo era la filosofía. Shantí Vera nos brindó herramientas para el manejo de la gravedad, el usar todas las partes del cuerpo, cambiar el punto de inicio del movimiento, cambiar de foco de atención rápidamente. No te daba tiempo para pensar, era sólo accionar; darle tiempo a todo, explorar y jugar con la premisa de no engolosinarse, tomar un foco de atención y cambiarlo al instante. Este taller entrenó mi percepción, mi agilidad y cambió de manera positiva la manera en la que conocía el movimiento, ya que me mantuvo en alerta constante. Una parte importante de su método consistía en agotarnos en cada ejercicio mediante la repetición, hasta que realmente comenzamos a accionar y dejar de pensar, explorando sin parar las tres horas de clase.


Los ejercicios pusieron a prueba mi resistencia y flexibilidad. A medida que el taller progresaba, Shantí compartía sus reflexiones sobre la importancia de vivir el momento presente y darle atención a cada experiencia. Estas palabras resonaron profundamente conmigo.  

Al final del taller, me di cuenta de que había redescubierto partes de mí misma que creía perdidas. Me prometí usar todo lo aprendido, no solo en mi danza, sino también en mi mente, mi vida y mi ser en su totalidad. Esta experiencia ha sido un recordatorio de la importancia de estar presente, de sentir y de vivir cada momento con atención y apertura.

Vianey Muñoz



Shantí, desde su experiencia e investigación, abordó distintos conceptos que ya se nos han enseñado a lo largo de la carrera, tales como la gravedad y la hiper sensibilización al espacio, también estuvimos haciendo improvisaciones para probar estos conceptos y para ver como reaccionaba nuestro cuerpo.

Un punto muy importante para Shantí era el dejar de pensar, nos decía que teníamos que dejar que nuestro cuerpo se moviera conforme iba reaccionando ante los estímulos de fuera, por ejemplo, si a mis ojos les gusta el color de la camiseta de algún compañero, tratáramos de llegar hasta ésta con nuestros ojos, si teníamos curiosidad de tocar la luz que entraba con las ventanas con nuestra espalda que fuéramos hasta ella, que si quiero tocar la barra con mis manos lo hiciéramos, todo estaba permitido, excepto el pensar que quiero hacer esas cosas, sino reaccionar a éstas en el espacio, sin hacer las cosas por inercia.

Adelmary Carrillo


Pensé que este sería un curso más, sin embargo, reflexionando sobre lo que viví y ví, se trataba de no poner solamente la forma, de soltar el movimiento y la mente, de divertirme sin tener que estar pensando y vivir el momento. Este taller me ayudó a deslindarme de muchos pensamientos innecesarios y darme cuenta del peso que necesitaba, no solo el de mi cuerpo, sino el de mi mente. 

Ayleen Fierros



Decía Shantí “el espacio me mueve”, frase a la que le encontré sentido hasta el final. Entendí que la arquitectura del lugar, la luz, las personas que están ocupando el espacio conmigo, me provocan sensaciones distintas siempre, sin embargo, yo decido qué es lo que quiero que me afecte.

Isis Tovar



Me gustó que el maestro dijera que él solo daba información y que yo era libre de decidir cómo abordar las cosas, eso me dio más libertad de explorar y no sentirme condicionada o forzada a hacer algo desde algún lugar donde no me sintiera cómoda. Me gustó el espacio de creación que abrió en el grupo, no me sentí juzgada y me sentí en libertad de explorar. Para mí, fue un buen espacio para conocer la forma de trabajar de otras personas, así como la mía, así como para explorar más cosas que me permitan conocerme desde el movimiento.


Michelle Rendón



Imagenes de Emmanuel Pacheco.

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