Un hogar sólido: Diana Loya

 La apreciación del hecho escénico adquiere otra dimensión y se enriquece cuando tenemos la oportunidad de conocer la experiencia del intérprete. Es por ello que en esta ocasión compartimos una mirada hacia adentro del proceso creativo de Diana Loya, una de las actrices de “Un Hogar Sólido” que reflexionó sobre el desarrollo de su creación escénica.


Como intérprete del montaje Un hogar sólido mi perspectiva naturalmente estará permeada por el
proceso tanto personal como colectivo de lo que fue este montaje. Considero que se contó con un equipo balanceado que siempre supo tender una mano a quien lo necesitara, tanto en la escena como fuera de ella. Somos seres fundamentalmente emocionales, la mayoría del tiempo supimos aprovechar esa emoción a nuestro favor, aunque, claro, hay ocasiones donde a una le ganan los sentimientos.

Cada personaje es único y a pesar de que contamos con tres elencos de los cuales podíamos nutrirnos entre actrices/actores para redondear más a cada personaje, cada quien supo “echar la carne al asador” de la manera que consideró correcta y eso volvió muy ricos y con una personalidad muy definida a los tres elencos.

En lo personal me tocó interpretar a Gertrudis y a Mamá Jesusita, madre y abuela respectivamente en la jerarquía familiar, y fue un regalo grandísimo porque me permitió como actriz y ser humano posicionarme en distintos ángulos dentro de una misma familia. No es lo mismo lo que atraviesa una madre al ver a su hija, Lidia, llegar a la cripta familiar, joven, sabiendo que dejó hijos huérfanos, que una abuela que de cierta manera se consagra de que su familia esté al fin reunida, aunque sea en esta especie de posvida.

También me tocó varias veces estar a cargo de las luces y algunos asuntos técnicos, como la disposición del espacio cuando salíamos a nuevos lugares y cierta logística, labores de gestión. Fue aprender sobre la marcha y me abrió muchísimo el panorama de lo que significa llevar todo un proceso de montaje y saberlo mover, qué se requiere y la importancia de los tiempos dentro y fuera de la escena. Aprender a valorar el trabajo de todo lo que conlleva saber mover la escena.

Agradezco profundamente haber tenido la oportunidad de contar con dos temporadas en este proceso, en noviembre y durante dos semanas en marzo, además de la gira, habiendo tenido un total aproximado de cuarenta funciones. Nos ayudó como equipo y creadores para conocer un poquito más de la responsabilidad de lo que significa un llamado y saber estar presente haciendo nuestro trabajo, que es la profesión más fascinante y completa que pude haber elegido. Siento que me despido de la mejor manera de la Universidad para comenzar un futuro profesional digno, aunque no sin un sentimiento de vacío por saber que se termina una etapa por demás amada y disfrutada en su totalidad. Agradezco todos los aprendizajes que me deja la Universidad, las y los maestros y por supuesto que a mis compañer@s que se convirtieron en mi hogar sólido.


Diana Laura Loya

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Fotografías por Trinidad Arenas





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