De nuevo, el Desierto en abril (segunda parte)
Los estudiantes de artes escénicas fueron al Teatro de la Ciudad para ser parte de Un desierto para la danza. Les compartimos algunas de sus apreciaciones en esta segunda entrega.
Antonio Salinas
CDMX
Jueves 27 de abril, Teatro de la Ciudad
El artista
multidisciplinario presentó “La mediación de la tormenta”, obra pandémica para
celebrar el encuentro entre personas y para festejar la vida, según dice el
programa de mano digital. Además de esta función, Antonio Salinas impartió un
Taller de Danza Contemporánea dentro de la muestra.
Tomé el taller que impartió Antonio Salinas un día antes de la función y salí encantada, nos compartió estrategias de respiración y de preparación para la escena, dinámicas para trabajar nuestra atención. Fue un taller necesario y placentero.
Mediación de la Tormenta fue la obra que más disfruté de todo el Desierto, me hizo reír, me hizo llorar, me conmovió y me enterneció. Tocó fibras tan sensibles que era imposible no empatizar con ese ser humano en escena. La obra es sobre un hombre que quería festejar su cumpleaños, pero estaba solo, un reflejo de lo que le pasó a mucha gente durante la pandemia, tratando de salvar su vida de la locura del encierro, de no poder hablar con los suyos, de no tener por lo menos un amigo al cual contarle todas sus aventuras.
¿Qué sería el ser humano sin el arte?
El arte nos vuelve más sensibles.
Aldo Siles, Colectivo de danza contemporánea
Hermosillo, Sonora
Viernes 28 de abril, Teatro de la Ciudad
“Somos todas”
es una coreografía en seis cuadros, con una temática feminista. El colectivo es
dirigido por el coreógrafo Aldo Siles. Lxs intérpretes son: Alba Luz Chacón,
Maritza Cordero, Abel Corrales, Carolina Ferrá, Jesús Manuel González Andrade,
Emily Gutiérrez, Josehlyn Martínez, Gabriela Monzalvo, Mariana Palma, Melanie
Robles, Nadia Rodríguez y Alyson Zamarrón. Antes de presentarse en Un desierto
para la danza, la obra se presentó en el marco del Día Internacional de la
Mujer.
Tenía ganas
de ver esta pieza, no solo porque bailaban egresados de la carrera, sino porque
el tema era sobre feminismo y feminicidios. Cuando
comenzó, se veía bonita la iluminación, el humo que utilizaron y el ambiente
sonoro, al igual que la pose que tenían los intérpretes, pero cada acción,
gesto, movimiento, carecía de peso, de intención, de energía.
Pocas veces,
tengo comentarios negativos o el pensamiento de que el nivel no está a la
altura, aun asi, les guardo un respeto a los bailarines porque tal vez esta
función no fue la mejor y porque cuando uno está en el escenario mostrando el
resultado del esfuerzo que hizo durante un período de tiempo merece respeto por
parte del público. Sin embargo, el comportamiento del público en esta
presentación fue un infierno, es la peor experiencia que he tenido en mucho
tiempo. Durante toda la función hubo una niña llorando y gritando (mientras los
bailarines estaban dando todo su esfuerzo en el escenario) otro señor estuvo
con la linterna de su celular prendida durante 20 minutos (me fijé en la hora)
apuntando a los asientos y literalmente al escenario, interfiriendo con la
iluminación de la pieza (nadie, ni los encargados le llamarón la atención. Yo
estaba sentada en medio del público así que no podía decirle nada). Hubo
personas comiendo dentro del teatro,
haciendo ruido con las bolsas de comida, y lo peor fue cuando llegó uno
de los momentos donde una chica iba a relatar una historia de violación, en ese
momento sonó un celular a todo volumen rompiendo con el peso de lo que estaba
contando la chica. Salí enojada y triste pensando en lo que sintieron los
intérpretes con el comportamiento de los asistentes.
Silvia
Alexa Peñuñuri Bolado
Estudiante
del 8º semestre LES-DANZA
Lxs bailarinxs interpretaron la realidad de una
sociedad en la que somos todas quienes no podemos sentirnos a salvo. La manera
de no solo utilizar la danza, sino también palabras e historias a lo largo de
la interpretación me pareció un gran acierto, se sintió como una invitación a
alzar tu propia voz.
Cada historia narrada por
la voz o por el cuerpo de cada intérprete te deja boquiabierto y con lágrimas
en los ojos. Un mensaje, un grito de ayuda, un momento en que cada una puede
sentirse dentro del cuerpo de una intérprete, sentir lo que ha vivido o lo que
está viviendo y no sentirse sola, hace perfecta alusión a su título.
Sentí un hueco desgarrador en el pecho. No
pude evitar pensar en mi historia, en la de mi hermana, en la de mi madre y en
todas esas mujeres que callan.
Vi la esencia de los diferentes cuerpos,
volúmenes, expresiones y las historias que tenían que contar cada uno. En el
cuadro que más recuerdo, la intérprete es alguien que busca su camino, pero que
se topa con la oscuridad, una oscuridad que le hace daño, la consume, la daña y
la deja marcada completamente. La manera en que la bailarina interpretó el
texto me permitió sentir sus emociones, su coraje, tristeza e ira, todos los
sentimientos juntos. Fue una volcada de emociones, como un balde de hielo frío,
me dejó un hueco vacío con un coraje interno por la injusticia que se había
cometido.
Cuando la obra terminó me quedé con la
sensación de que fue una obra bastante fuerte, de la cual aprendes, evolucionas
y creces con ella. Fue difícil despojarme de esa sensación, pero fue una vuelta
a la realidad y un cuestionamiento sobre cómo viviría mi vida de ahora en
adelante, sobre cómo alzaría mi voz para que sea escuchada hasta donde mi
cuerpo no puede llegar.
Una opinión más crítica no sería hacia la obra,
sino hacia el público asistente*. El público con el que me tocó estar no fue
para nada educado. Vi celulares tomando videos, escuché llamadas, vi pantallas
brillosas en la misma perspectiva del escenario. También escuché una risa
sarcástica que no comprendí. La gente aún no comprende el trabajo de un
intérprete, lo duro que ensaya semanas o meses, lo mucho que se preparan.
Asistes a una obra como público para educarte de lo que ves y escuchas; para
enterarte de la historia que esos intérpretes tienen para contarte, no para
reírte de su arduo trabajo.
*Este comentario es sobre la función de
estreno de la obra, realizada en el marco del Día Internacional de la Mujer,
organizado por el ISC en el Teatro de la Ciudad el día 22 de marzo.
“Veleidad”
Margarita Danza Aquí
Hermosillo, Sonora
Sábado 29 de abril, Teatro de la Ciudad
El programa de mano digital expone que
la obra surge a partir de la seducción, de los pequeños deseos y caprichos que
afloran en el cuerpo y llegan a dominarnos. La dirección es de David Barrón.
Los intérpretes son: David Barrón, Ramsés Carranco, Claudia Landavazo, Perla
López y Miguel Pro.
Haber visto al
profesor David Barrón en escena fue muy grato, ya que fue la primera vez que lo
veía en escena; el sello del maestro es mostrar la individualidad de los
bailarines en escena. En esta pieza, vi a muchos personajes que estaban
clasificados por autoridad, actitud y edad:
David Barrón como el jefe, a Perla López como la creída, a Claudia
Landavazo como la rebelde, a Miguel Pro como el sucesor de David y a Ramsés
Carranco como un muñeco. El maestro
David ha desarrollado en estos tiempos un gusto por un movimiento que se basa
en un poco de contracciones, brazos doblados y juegos con la cabeza muy claros;
en los otros personajes vi una construcción de movimiento, dependiendo de su
posición. Relacioné la pieza con “Impropio” otra coreografía del maestro Barrón
que se parece mucho.
La pieza por si
sola si tiene un peso en escena, tiene personajes claros y rasgos muy
definidos, la iluminación estuvo muy bien y el elenco por sí solo es poderoso,
quizá por eso tenía muchas expectativas, pero me pareció que la relación entre
ellos no era clara…error mío quizás.
Antares Danza Contemporánea
Hermosillo, Sonora
Domingo 30 de abril, Teatro de la Ciudad
“Que no descubran tu nombre”
Comentarios
Publicar un comentario